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View Full Version : Sefaradim



Nina
27th September 2012, 05:53 PM
LA ESPAÑA POSTINQUISITORIAL por Adolfo KuznitzkyLA SEFARDOFILIA EN LA ESPAÑA POSTINQUISITORIAL por Adolfo Kuznitzky (http://www.esefarad.com/?p=36211)

septiembre 25th, 2012 | Agregar comentario (http://www.esefarad.com/?p=36211#respond)
Introducción
La Inquisición española marcó con tanta fuerza la historia de España que puede considerarse que tanto su vigencia como su fenecimiento dividen a la misma en dos épocas. A la trascurrida luego de su abrogación podemos denominarla como posinquisitorial y es en ese marco temporal, que arranca en el siglo XIX hasta nuestros días, que consideraremos cómo se concibió al judaísmo español, que dada la expulsión producida en 1492, era inexistente. Por otra parte, los judeoconversos se integraron, aunque no con pocas dificultades, totalmente a la sociedad mayoritaria cristiana con excepción del caso de los Chuetas de Mallorca que fueron discriminados étnicamente hasta muy avanzado el siglo XX y la pervivencia de algunos tics etnoreligiosos en el resto de España de escasa importancia social. Este grado de fusión fue casi total al punto que resulta casi imposible determinar genealógicamente quienes descienden de conversos, a pesar de que estudios genéticos recientes dan cuenta que el veinte por ciento de la población española desciende de judeo conversos[1] (file:///C:/Users/marben/Documents/eSefarad/Ponencia para el seminario de Historia de España.docx)
No obstante, para ubicar en el contexto histórico el tema que abordamos resultará útil hacer unas breves consideraciones sobre la historia de los judíos españoles que fue singular bajo diversos aspectos, siendo los principales el cuantitativo porque ninguna nación europea albergó a tantos, al punto de considerarse como un porcentaje, si bien discutido, considerable de la población, y el cualitativo que deriva de las conversiones masivas al cristianismo.
Por otra parte, el judaísmo preinquisitorial o medieval cumplió un importante papel y pudo convivir, aunque no siempre armoniosamente, con con la casta musulmana y cristiana y a esta última sirvió de distintas maneras colaborando, por ejemplo, activamente en la Reconquista lo que también fue posible porque el cristianismo español, hasta la llegada de las órdenes mendicantes fue más tolerante con ellos que en resto de Europa. Esa inserción hizo que la judería de España tuviera un nivel muy superior al de las otras naciones permitiendo que se destaquen muchos de sus integrantes, lo que ocurrió incluso posteriormente con los conversos de ese origen y su descendiente, entre los cuales podemos mencionar al Obispo de Burgos Santa María, Santa Teresa de Jesús y Fray Luis de León.
Antecedentes históricos
Todo lo brevemente analizado nos da una idea del importante aporte judaico al ser español, cuya dimensión provocara tantas polémicas, sobre todo la que protagonizara Américo Castro y Claudio Sánchez Albornoz y que se enhebra con el aspecto que consideraremos, constituyendo el mismo una de las más relevantes singularidades mencionadas; el filosemitismo español de los siglo XIX y XX.
http://www.esefarad.com/wp-content/uploads/2012/09/inquisicion_española.jpgDe esta manera y habiendo sido la España postinquisitorial una nación que no solamente no tenía judíos sino, que al decir de Joseph Pérez, se había olvidado totalmente de ellos, los “redescubre” en las campañas militares españolas en el norte del África y la sorpresa fue mayúscula. De esta manera se enteró España de que al otro lado del Estrecho de Gibraltar, vivían miles de sefardíes, descendientes de los expulsados en 1492 y vieron a los españoles como sus liberadores[2] (file:///C:/Users/marben/Documents/eSefarad/Ponencia para el seminario de Historia de España.docx). En relación a ello se escribió en el diario El Liberal de julio de 1887 bajo el título “Impresiones de Marruecos. Los Judíos” lo siguiente:
“Si se observan fisonomías es necesario remontarse al recuerdo de aquellos semblantes… ¡cuántas caras españolas entre los judíos de Tetuán! ¡Cuántas caras judías entre los españoles! Si hoy renaciera lo de los de cristianos viejos y nuevos, la antropología, con más certeza que un inquisidor, diría a muchos cristianos fervientes y hasta fanáticos sois judío…”.[3] (file:///C:/Users/marben/Documents/eSefarad/Ponencia para el seminario de Historia de España.docx)
A partir de ese momento se crea una corriente de simpatía hacia los sefarditas dispersos por el mundo dado que conservaban el idioma castellano y que pronunciaban como los los españoles del siglo XVI[4] (file:///C:/Users/marben/Documents/eSefarad/Ponencia para el seminario de Historia de España.docx) y muchas costumbres de esa época. Sánchez Albornoz nos señala que advertía en ellos rasgos de españolía, que no veía en los judíos cuando vivieron en España puesto que, como es sabido, su postura frente al factor judaico en la historia de España es negativa en algunos aspectos llegando a decir “ Más aún, una tajante oposición enfrenta lo hebraico y lo hispano…Es más fácil unir el agua con el fuego que hallar vínculos de parentesco entre lo hispánico y los hebraico”. Resalta lo opuesto que considera a lo judaico de lo español, al sostener que no hay tarea más difícil de armonizar o avenir, y que nada de lo esencial de la contextura temperamental de los hebreos ha dejado huellas entre los españoles, concediendo, y esto es lo que remarcamos, que los rasgos de pura españolía pueden encontrarse en los judíos de origen español dispersos por el mundo.[5] (file:///C:/Users/marben/Documents/eSefarad/Ponencia para el seminario de Historia de España.docx)
Esos rasgos hispánicos que veían en los sefarditas también fueron contrastados, por quienes participaban de esa sefardofilia, con los ashkenazíes (judíos del centro y el este de Erupora), considerando, como es el caso de Pulido, a los primeros superiores y que se sienten españoles extrañando la patria perdida y a los otros como degenerados y mezquinos,. Lo curioso es que esta superioridad es autopercibida por ellos mismos como es el caso de Italia cuando los judíos que provenían de España no admitían que se les confundiese con los tudescos (provenientes de Alemania), como solían decir dado que presumían de ser españoles, y, por lo tanto, hidalgos [6] (file:///C:/Users/marben/Documents/eSefarad/Ponencia para el seminario de Historia de España.docx) o en el caso de las ínfulas aristocráticas que tenían, seguramente heredadas en su origen español., Tal era su convicción en ese sentido, que de ello da cuenta Pinto, el miembro de esa comunidad en Amsterdam que con mucho dolor se dirigió a Voltaire por sus expresiones ácidamente antijudías, señalándole que no debía confundirlos con los judíos de Europa del Este[7] (file:///C:/Users/marben/Documents/eSefarad/Ponencia para el seminario de Historia de España.docx).
La campaña filosemita se corporizó en Emilio Castelar que presidió el gobierno en 1881, que había escrito un libro Recuerdos de Italia en el que hace hincapié en el carácter español de los sefardíes, tarea en la que fue seguida por el doctor Angel Pulido, que se llevó una enorme sorpresa al encontrarse con judíos que hablaran español, y desde entonces dedicó su vida este tema y escribe un libro que se titulará Españoles sin patria y la raza sefardí con el objetivo reconquistar al pueblo judeoespañol para mostrar al mundo que España ya no es más la nación intolerante y fanática[8] (file:///C:/Users/marben/Documents/eSefarad/Ponencia para el seminario de Historia de España.docx)
Análisis de la naturaleza de la sefardofilia.
mhttp://www.esefarad.com/wp-content/uploads/2012/09/menendez_pelayo.jpgSe crearon institutos de estudios relacionados con la historia de los judíos españoles y lo curioso es que el interés o la denominada Sefardofilia no se limitó a los sectores liberales sino también a los sectores más tradicionales cuyo representante más genuino y eminente fue Menéndez y Pelayo, a pesar de que para él la estirpe liberalesca representaba una idea ajena por completo y aún contraria a la esencia de España que equiparaba catolicismo y casticismo porque era consustancial a España, doctrina que sirvió de base y fundamento al nacionalcatolicismo tal como se forjó en la España de Franco. No obstante, Menéndez y Pelayo admiraba el talento metafísico y la actitud del pueblo judío para las altas especulaciones intelectuales y en un epigrafe que escribe les dedica el siguiente homenaje: “A los sefarditas repartidos por el mundo, que, con nostalgia inextinguible, recuerdan a España dedica esta página reivindicatoria [9] (file:///C:/Users/marben/Documents/eSefarad/Ponencia para el seminario de Historia de España.docx).